Irán: Publicados datos sobre 304 muertes durante protestas seis meses después del baño de sangre de las fuerzas de seguridad

Amnistía Internacional ha publicado datos sobre la muerte de 304 hombres, mujeres, niños y niñas a manos de las fuerzas de seguridad iraníes durante la implacable represión del pasado mes de noviembre, seis meses después de las protestas.

La organización concluyó que más de 220 de las muertes de las que se tiene constancia se produjeron en sólo dos días: el 16 y el 17 de noviembre. Una nueva y exhaustiva investigación ha concluido de nuevo que el uso de medios letales por las fuerzas de seguridad contra la inmensa mayoría de las víctimas mortales fue ilegítimo.

El hecho de que tantas personas murieran por disparos cuando no representaban amenaza de ningún tipo muestra la absoluta crueldad de las fuerzas de seguridad.

Philip Luther

Según la investigación realizada por Amnistía Internacional —que incluye análisis de vídeos—, en casi todas las protestas celebradas entre el 15 y el 19 de noviembre, no hay pruebas de que hubiera personas en posesión de armas de fuego ni de que representaran una amenaza inminente para la vida que hubiera justificado el uso de medios letales. La organización sabe de dos excepciones, ocurridas en una sola ciudad el 18 de noviembre, donde hubo un intercambio de disparos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.

“El hecho de que tantas personas murieran por disparos cuando no representaban amenaza de ningún tipo muestra la absoluta crueldad del baño de sangre perpetrado por las fuerzas de seguridad”, manifestó Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

“Seis meses después, las devastadas familias de las víctimas siguen luchando por la verdad y la justicia mientras sufren hostigamiento e intimidación intensos a manos de las autoridades.

“La impunidad imperante de la que gozan las fuerzas de seguridad permite que se repita el uso de medios letales para aplastar la disidencia. Ante la inexistencia de cualquier perspectiva significativa de rendición de cuentas en el ámbito nacional, reiteramos nuestro llamamiento a los miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para que ordenen una investigación sobre las muertes e identifiquen vías para la verdad, justicia y reparación”.

En los últimos seis meses, Amnistía Internacional ha reunido indicios a partir de vídeos y fotografías, certificados de defunción y enterramiento, relatos de testigos presenciales y de familiares, amistades y personas conocidas de las víctimas recabados sobre el terreno, así como información recogida por activistas de derechos humanos y periodistas.

Política de disparar a matar

Las fuerzas de seguridad iraníes mataron a las víctimas en 37 ciudades de ocho provincias del país, lo que refleja el carácter generalizado de la represión. Los suburbios azotados por la pobreza que rodean Teherán fueron escenario de la mayoría de las muertes, pues se registraron en ellos al menos 163. Las provincias de Juzestán y Kermanshah, habitadas por minorías, se vieron asimismo muy afectadas, con 57 y 30 muertes, respectivamente.

De cada una de las 304 muertes, Amnistía Internacional pudo recabar información creíble sobre el lugar, las circunstancias de la muerte y su fecha exacta o aproximada. Entre las víctimas hay 10 mujeres, 236 hombres y al menos 23 menores de edad; la organización no pudo averiguar el sexo de las 35 personas restantes. En 239 casos se identificó el nombre de la víctima.

Amnistía Internacional cree que el número real de muertes es más alto. La organización conoce decenas de casos adicionales denunciados por activistas, pero juzgó que carece aún de datos fiables suficientes para incluirlos en sus cifras.

Según la información recogida por Amnistía Internacional, en todos los casos salvo cuatro, las víctimas murieron por disparos de las fuerzas de seguridad iraníes —lo que incluye a miembros de la Guardia Revolucionaria, de Basij y de la policía— que dispararon munición real, a menudo a la cabeza o el torso, lo que indica que dispararon a matar.

De las cuatro víctimas restantes, los informes indican que dos sufrieron heridas mortales en la cabeza tras recibir una paliza a manos de miembros de las fuerzas de seguridad; de las otras dos consta que murieron por asfixia debido al gas lacrimógeno.

Desmentidos y encubrimiento del Estado

Seis meses después de estos homicidios, las autoridades iraníes no han dado a conocer aún la cifra oficial de personas fallecidas alegando que se debe al largo proceso de clasificar a éstas en función de su grado de participación en las protestas. Basándose en este dato, las autoridades determinarán si las víctimas son calificadas de “mártires” y se concederá a sus familias una indemnización económica y otras prestaciones.

Las autoridades iraníes han hecho una serie de declaraciones falsas y han producido vídeos de propaganda en la televisión estatal en los que afirman que la mayoría de las víctimas murieron a manos de “alborotadores” o “presuntos agentes” que trabajan para “enemigos” de la República Islámica de Irán.

Amnistía Internacional ha documentado sólo dos protestas en los que hubo un intercambio de disparos entre manifestantes armados y las fuerzas de seguridad. Ambas se produjeron en sendos barrios de Mahshahr, en la provincia de Juzestán, y provocaron la muerte de un miembro de la Guardia Revolucionaria y de un policía.

Incluso durante estos incidentes, se sabe por los testimonios de manifestantes sobrevivientes e imágenes de vídeo analizados por Amnistía Internacional que las fuerzas de seguridad no limitaron su uso de medios letales contra quienes representaban una amenaza inminente para la vida, sino que también dispararon contra manifestantes desarmados y causaron la muerte de más de una docena de personas.

“La negativa del Estado a revelar la verdad sobre el número de muertes, abrir investigaciones penales y exigir cuentas a las personas responsables de ordenar y llevar a cabo estas muertes sólo sirve para añadir angustia”, concluyó Philip Luther.

Metodología

En 126 casos, Amnistía Internacional habló directamente con personas afectadas por las muertes, como familiares, personas que vivían cerca, amistades y testigos presenciales. En otros 128 casos, documentó las muertes basándose en información recibida de activistas de derechos humanos y periodistas de dentro y fuera de Irán. En 34 casos, Amnistía Internacional entrevistó a personal médico que trabaja en centros a los que llevaron a las personas fallecidas. Amnistía Internacional identificó los restantes 16 casos buscando y ubicando vídeos emitidos por la Radiotelevisión de la República Islámica de Irán e incluyó entrevistas con las familias de las víctimas.

En todos los casos, Amnistía Internacional tomó medidas estrictas para evitar la duplicación de datos. Esto conllevó la verificación cruzada de las muertes registradas según la hora, el lugar y otros datos identificadores únicos, actualizar sus registros basándose en información verificada nueva y eliminar todo lo que pudiera referirse a la misma persona.

Información general

El 15 de noviembre de 2019 estallaron protestas en Irán cuando el gobierno anunció repentinamente la subida del precio de los combustibles. Durante las protestas y con posterioridad, entre el 15 y el 19 de noviembre, las autoridades iraníes detuvieron arbitrariamente a miles de manifestantes y sometieron a muchas personas a desaparición forzada, tortura y otros malos tratos y a juicios injustos.